INTERNACIONAL

Canciller brasileño pide no quedarse "de brazos cruzados" ante la "carnicería" en Gaza

Mauro Vieira llamó este martes a la comunidad internacional a no permanecer "de brazos cruzados" ante la "carnicería" de las fuerzas militares de Israel contra los palestinos en la Franja de Gaza.

El canciller Brasil, Mauro Vieira
El canciller Brasil, Mauro Vieira | AFP

Convocado por el Congreso para exponer las líneas claves de la política exterior de este tercer gobierno de Lula da Silva, el canciller Mauro Vieira declaró este martes que la intervención militar y el bombardeo de Israel en la Franja de Gaza constituye una “carnicería”. Subrayó, entonces, que a su juicio y también del presidente, “la comunidad internacional no puede permanecer de brazos cruzados”.

En su caracterización, “hay una situación terrible; algo espantoso está sucediendo. Hay un elevadísimo (sic) número de niños asesinados”. Para el diplomático brasileño “lamentablemente el Consejo de Seguridad paralizó a las Naciones Unidas, por el poder de veto de los cinco permanentes”.

La ofensiva militar israelí comenzó en octubre de 2023, justo cuando a Brasil le tocó presidir el Consejo.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El gobierno brasileño intentó entonces que se aprobara una resolución de “alto el fuego” en la región para facilitar el ingreso de ayuda humanitaria; pero Estados Unidos – entonces gobernado por Joe Biden— vetó la iniciativa. Para el gobierno de Lula, fueron superados los límites éticos y legales en las acciones emprendidas por las fuerzas armadas de Israel.

La Corte Suprema de Brasil avanza en el juicio a Jair Bolsonaro por el intento de golpe contra Lula

Las presiones sobre Benjamin Netanyahu provienen, ya, de países como Gran Bretaña que históricamente defendió el enclave judío en esa área. Precisamente hoy el secretario de Relaciones Exteriores británico, David Lammy, anunció la suspensión de las negociaciones de libre comercio con Tel Aviv, por cuenta de la nueva ofensiva de estos días.

El lunes, el premier Keir Starmer se reunió con el francés Emmanuel Macron y con el canadiense Mark Carney; en esa cita, los tres condenaron la “conducción” de la guerra en territorio palestino.

El brasileño Vieira subrayó este martes ante diputados y senadores la histórica postura del país: “La solución pasa por los dos Estados”. Indicó, además, que Brasil fue invitado por Francia y por Arabia Saudita a participar de la Conferencia Internacional Para la Solución Pacífica de la Cuestión Palestina, que se hará en junio próximo, con la presidencia de un grupo de debate en el marco de las Naciones Unidas. Ya se han creado ocho grupos de trabajo para discutir el tema de la creación de los dos Estados.

La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se embarcó en su primera gira oficial en el extranjero eligiendo visitar a tres naciones: Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Este itinerario no tiene precedentes: Trump optó por priorizar a los socios árabes de Estados Unidos, eludiendo a Israel. En este contexto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar ya no pueden ser vistos simplemente como aliados o proveedores de energía estadounidenses privilegiados.

La actividad económica de Brasil sorprende en marzo y complica la pausa monetaria

Están emergiendo como actores autónomos en la política global -capaces de forjar alianzas regionales, conformando agendas internacionales en energía, medios de comunicación y tecnología, y mediando en conflictos globales.

En este contexto, no deja de ser llamativo –y digna de análisis- la decisión de Trump de eludir una visita suya a Tel Aviv: fue justo cuando realizó la gira por Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.

En esa gira ocurrieron otras cosas, como la cancelación del viaje de Pete Hegseth, secretario de Defensa norteamericano, a Tel Aviv. Este había planificado esa ida a la capital israelí para ocurrir en simultáneo con la presencia de Trump en Oriente Medio.

La interpretación del mensaje fue clara, especialmente en Washington. Se trata de un cierto congelamiento de las relaciones con Netaniahu. Es cierto que en un principio, el jefe de la Casa Blanca parecía dispuesto a continuar con la aproximación entre ambos, evidenciada durante la gestión de Biden.

Pero al pasar de los días, la “convivencia” se tensó por “la creciente intransigencia de Israel” en la cuestión Palestina.

También es verdad que Trump no quiso contaminar su tournée por estas tres grandes monarquías, que le acaban de ofrecer el oro y el moro: Estados Unidos contará en adelante con una inversión ya comprometida de 600.000 millones de dólares de los saudíes; y además habrá un buen negocio en la compra de armas por la parte árabe.