Considerado un héroe pero muy enfermo, José "Pepe" Mujica tenía 89 años cuando reunió sus últimas fuerzas para hacer campaña por el hombre considerado como su "heredero", Yamandú Orsi, en lo que es considerado su último acto de servicio a la política uruguaya.
A pesar de luchar contra el cáncer y la vejez, Mujica salió a las calles para apoyar la campaña del Frente Amplio, que perdió el gobierno en 2020, despotricando en sus discursos contra la avaricia, el consumismo, las corporaciones y el entonces presidente, Luis Lacalle Pou.
Mujica pasó 14 años en prisión en las décadas de 1970 y 1980 por su papel en el MLN-Tupamaros, un grupo guerrillero urbano que buscaba derrocar al Estado y lograr un cambio socialista.
Considerado el "presidente más pobre del mundo" durante su mandato, se convirtió en una figura de culto por su estilo de vida humilde, donando la mayor parte de su salario y conduciendo un Volkswagen Beetle azul cielo.
Bajo la gestión de Mujica , Uruguay aprobó una serie de leyes progresistas: legalizó el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo y, en 2013, se convirtió en el primer país del mundo en permitir el uso recreativo del cannabis.
En su campaña presidencial frente al candidato de centroderecha Álvaro Delgado, Yamandú Orsi recurrió a Mujica como un "talismán" político por su enorme influencia en la izquierda uruguaya y el enorme respeto del que gozaba entre la mayor parte de la población.
A Mujica le diagnosticaron cáncer de esófago siete meses antes de las elecciones, se sometió a radioterapia agresiva y fue internado en varias ocasiones. Pero su condición médica no lo hizo menos combativo: "Tenemos que salir de este agujero", dijo en un anuncio electoral de Orsi.
Conocido por una falta de tacto que algunos encuentran entrañable, Mujica recibió críticas durante la campaña por reprender a los políticos a quienes "les gusta mucho el dinero" y por increpar a Lacalle Pou por poseer "una moto de 50.000 dólares" y tener "dos camionetas".
"Mujica es una figura contundente, disruptiva, que siempre tuvo arranques de ira. Ahora tiene también un cierto aire épico, pues pese a estar enfermo lo está dando todo por la victoria de Orsi", analizó entonces el sociólogo Eduardo Bottinelli.
En la primera vuelta electoral, el 27 de octubre, Orsi obtuvo el 43,9 por ciento de los votos, por debajo del límite del 50 por ciento para evitar una segunda vuelta, pero por delante del 26,7 por ciento de los votos emitidos para el candidato oficialista.
Yamandú Orsi, contó con Mujica como su "talismán" político para conquistar la presidencia
De cara al balotaje, que se celebró el 24 de noviembre, Mujica emprendió una campaña agotadora, dando entrevistas y reuniéndose con militantes en Montevideo y en el departamento de Canelones, donde vive la mayor parte de los 3,4 millones de habitantes del país.
Según el politólogo Alejandro Guedes, Mujica asumió efectivamente el papel de estratega jefe de la campaña de Orsi, quizás después de identificar "una vulnerabilidad en el candidato", que no logró reunir los votos suficientes para consagrarse ganador en la primera vuelta.
Los discursos de campaña de Mujica se centraron en la desigualdad, el consumismo "atroz" y la competencia desleal que perjudica a las pequeñas empresas. También criticó a los políticos "miserables". "Sé que lo que digo es chocante y duele. Qué lástima. A mis casi 90 años me he ganado el derecho de decir lo que realmente pienso", dijo en un acto en Montevideo.
Orsi tiene mucho en común con Pepe Mujica: nació en una casa en el campo sin electricidad y creció en el pueblo de Canelones, del que luego llegó a ser alcalde. De niño, ayudó en la tienda de comestibles de sus padres y fue bailarín folklórico y monaguillo católico.
En 1989 se unió al Movimiento de Participación Popular, fundado por Mujica , que luego pasó a formar parte del Frente Amplio. Fue profesor de historia en la escuela secundaria hasta 2005, cuando entró ganó las primarias del FA, derrotando a la ex intendenta de Montevideo Carolina Cosse, a quien luego eligió como su compañera de fórmula.
Después de que la izquierda perdiera las elecciones en 2020, Mujica vio que Orsi reunía las cualidades para convertirse en su heredero político y apostó fuerte a él.
"Lo conozco hace 30 y pico de años, lo vi hacerse hombre, desde sus inicios", recordó en el tramo final de la campaña el exguerrillero, al destacar las dotes de "negociador" de su elegido, a quien tildó de "mago" para lograr acuerdos.
Orsi tenía además una "ventaja", según Mujica: comprende el país urbano y el país rural. "Le tengo confianza, porque lo que hizo en Canelones fue maravilloso", opinó sobre la gestión de Orsi al frente de ese departamento, que para Mujica es "un muestrario del país en chico" porque reúne "todos los problemas que tiene el Uruguay".
Pepe Mujica en la campaña: "No tengo más nada que esperar. Mi futuro más próximo es en el cementerio
Consciente de que le quedaba poco tiempo, Mujica dijo se unió a un multitudinario acto electoral en Montevideo, en octubre, en el que dijo estar "peleando con la muerte". "Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de la que no se vuelve", dijo, conmoviendo a muchos hasta las lágrimas.
"Pero estoy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha. Y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que lo superan con ventaja".
El día del balotaje, visiblemente debilitado, fue a votar y dio sus últimas indicaciones a la clase política: "El gobierno que venga, sea cual sea, va a tener que tener capacidad de crear un clima que permita negociar e intercambiar".
"No tengo más nada que esperar. Mi futuro más próximo es en el cementerio, por razones de edad", declaró. Pero me interesa la suerte de ustedes, de los jóvenes. Que cuando tengan mi edad van a vivir en un mundo muy distinto".
ds