Entre las más de cien firmas se destacan nombres de gran peso cultural y mediático: Tilda Swinton, Riz Ahmed, Steve Coogan, Maxine Peake, Charles Dance, Miriam Margolyes, Michael Winterbottom, Harriet Walter, Charlotte Church, Annie Lennox, Benedict Cumberbatch y Dua Lipa, entre muchos otros. Figuras que no solo gozan de prestigio internacional, sino que también tienen una trayectoria activa en defensa de los derechos humanos.
“Estamos horrorizados por el creciente número de muertes de civiles en Gaza”, comienza el texto de la misiva. “El derecho internacional es claro: el suministro de armas que se usarán para cometer violaciones graves de los derechos humanos también es ilegal”. El reclamo llega tras el ataque aéreo israelí sobre Rafah que causó al menos 45 muertes, muchas de ellas de mujeres y niños, y que fue ampliamente repudiado incluso por gobiernos aliados de Israel.
La carta señala que mientras se profundiza la catástrofe humanitaria en Gaza, el Reino Unido continúa otorgando licencias de exportación militar a Israel, lo que –sostienen los artistas– convierte al país en “cómplice de una masacre”. “Nuestro gobierno debe actuar ya”, concluyen los firmantes.
Voces que no callan. El respaldo de celebridades con gran llegada pública no es casual. Muchas de ellas han sido referentes activos en causas sociales, campañas solidarias y defensa de los derechos civiles. Su pronunciamiento, además de simbólico, tiene un efecto multiplicador en la opinión pública.
Tilda Swinton, ganadora del Oscar, ha sido una constante defensora de los refugiados y ya en 2014 firmó un manifiesto similar por la situación en Gaza. Riz Ahmed, primer actor musulmán en ganar un Emmy, viene denunciando el racismo institucional y la islamofobia en el Reino Unido, y ha dicho que “la indiferencia mata más que cualquier misil”.
Steve Coogan, comediante y actor, no duda en afirmar que “la cultura tiene el deber de señalar los abusos, incluso cuando resulta incómodo”. Para Charlotte Church, cantante y activista, “no se puede hablar de derechos humanos y a la vez lucrar con quienes los violan sistemáticamente”.
Una de las incorporaciones más resonantes fue la de Dua Lipa, la superestrella pop que viene expresándose en redes contra la violencia en Palestina. En 2021 ya fue blanco de ataques mediáticos por firmar una carta de apoyo al pueblo palestino junto a otras figuras como Bella y Gigi Hadid. “No se puede pedir justicia selectiva. O somos justos para todos, o no somos nada”, expresó en una entrevista con The New York Times.
Annie Lennox, voz emblemática del pop británico y activista histórica por el desarme, la salud global y los derechos de las mujeres, también firmó el documento. En su cuenta de Instagram publicó recientemente: “Cualquier gobierno que autorice armas sabiendo que pueden ser usadas contra civiles está violando la ética y el derecho internacional”.
Por su parte, Benedict Cumberbatch, conocido por su papel en Sherlock y por su activismo ambiental, respaldó el pedido y, según medios británicos, participó de encuentros privados con parlamentarios del Labour Party para presionar por un cambio de política hacia Israel. “La neutralidad frente a la injusticia es complicidad”, escribió en una publicación de su cuenta de X (ex-Twitter).
El poder de la cultura. La misiva se suma a un creciente movimiento dentro y fuera del Reino Unido. Más de 130 parlamentarios británicos ya habían solicitado en abril que se suspenda el envío de armamento a Israel hasta que se investiguen las denuncias por crímenes de guerra. Y la presión internacional se intensifica: organismos de Naciones Unidas y ONG’s como Human Rights Watch han alertado sobre posibles violaciones sistemáticas al derecho internacional humanitario por parte del Estado israelí.
En este contexto, la carta de Artists for Palestine UK busca no solo presionar políticamente, sino también generar conciencia en la sociedad. “La cultura no puede funcionar como un decorado mientras la realidad arde”, dijo el director Michael Winterbottom, uno de los firmantes. Y agregó: “No se trata solo de Gaza, sino de qué tipo de mundo estamos aceptando con nuestro silencio”.
¿Puede el arte cambiar algo? Históricamente, el mundo del arte y la cultura ha tenido un rol de catalizador en momentos de crisis. Desde los boicots culturales al apartheid sudafricano hasta las campañas por la liberación de presos políticos, las voces de artistas han servido para amplificar reclamos silenciados.
Que hoy figuras como Dua Lipa, Cumberbatch o Swinton presten su imagen y su voz a la causa palestina tiene un impacto indudable. Visibiliza, cuestiona, obliga a tomar postura. Según una encuesta reciente de The Guardian, el 55% de los británicos cree que su país debería frenar la venta de armas a Israel. El clima social empieza a moverse.
En uno de los párrafos más poderosos, la carta afirma: “El arte es memoria, conciencia y compromiso. No puede ser cómplice. Pedimos al Reino Unido que actúe del lado de la legalidad internacional y la humanidad”. Y en un presente donde la guerra se transmite en tiempo real, donde las cifras de muertos compiten con los titulares del espectáculo, estas voces recuerdan que no hay belleza posible sin justicia.