El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió este viernes a una delegación de gobernadores que llegó a la Casa Rosada para exigir respuestas por la caída en la recaudación de impuestos coparticipables y el freno en las transferencias automáticas a las provincias. La reunión, que se realizó a puertas cerradas, tuvo lugar tras el revés que sufrió el oficialismo en Diputados con la aprobación de una nueva fórmula jubilatoria.
La reunión se inició a las 11 en el Salón de los Escudos y finalizó cerca de las 13:30. En representación de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, estuvieron presentes los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Vidal (Santa Cruz) y la vicegobernadora cordobesa, Myrian Prunotto.
También participaron el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, cuya presencia había sido exigida por los mandatarios para garantizar que el reclamo llegara directamente a la órbita económica.
La convocatoria fue una semana después del cónclave que los gobernadores realizaron en el Centro Federal de Inversiones (CFI), y tras una postergación durante el fin de semana. En un principio, los gobernadores pedían ser recibidos por el presidente Javier Milei, pero debido a su nueva gira internacional por Europa e Israel, fue Francos quien quedó a cargo de atender las demandas.
Desde el entorno del jefe de Gabinete aclararon que los gobernadores no fueron seleccionados por el Ejecutivo sino que la delegación fue definida por consenso interno dentro de la liga de gobernadores. La participación de Ziliotto fue una de las sorpresas de la jornada, debido a su postura crítica con el Gobierno libertario.
También llamó la atención la asistencia de Vidal, quien si bien ha mantenido cierto diálogo con Francos en varias ocasiones, forma parte de los mandatarios con posiciones distantes.
El eje del encuentro giró en torno al deterioro de los ingresos provinciales, la coparticipación y la paralización de obras públicas, aunque el contexto nacional agregó una tensión adicional. La reunión se dio horas después de que el oficialismo sufriera un golpe legislativo con la media sanción de una nueva fórmula de movilidad jubilatoria impulsada por la oposición, y en medio de un clima político enrarecido tras la ratificación judicial de la condena a Cristina Kirchner.
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