POLITICA
10 de junio Día de los derechos argentinos sobre Malvinas

¿Y Malvinas? Cómo la política exterior de Javier Milei puso en jaque el apoyo internacional al reclamo argentino

Las votaciones en "contra" de históricos aliados en la ONU, el alineamiento con EEUU e Israel, el cierre del régimen fiscal de Tierra del Fuego y el desconcierto ante la Cuestión Malvinas son ejemplos de la política exterior del gobierno libertario. Una propuesta para "recuperar" las Islas.

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Milei homenaje a Malvinas Argentina | Pablo Cuarterolo

En las últimas semanas la Cuestión Malvinas escaló a la esfera nacional por la orden ejecutiva para desmantelar el régimen fiscal para "poblar" Tierra del Fuego sin discusión de por medio. Del Gordo Dan a Tamara Tenenbaum, nadie quedó exento del debate en redes sociales que mezcló la política nacional y la economía con una variable poco frecuente pero no menos importante: la geopolítica en el Atlántico sur.

Como corolario, expuso los coletazos que dejó el giro en política exterior del gobierno libertario, que a 18 meses de haber asumido no solo postergó el tema Malvinas sino que hasta llegó a poner en jaque el apoyo internacional por una serie de acciones que impulsó el presidente Javier Milei en función de su ideología.

A tal nivel que, este 10 de junio, día de la ‘Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Sector Antártico’, entrado el mediodía la fecha pasó desapercibida para el Gobierno. El presidente, en cambio, se limitó a tuitear su gira por Europa y a reivindicar la alianza con el Israel de Benjamin Netanyahu.

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Qué es la "defensa revisionista", una propuesta para recuperar las Islas Malvinas

Los periplos de la política exterior bajo la gestión de Javier Milei

Desde que asumió la presidencia, Javier Milei marcó como prioridad alinearse con Estados Unidos, Israel y los organismos "occidentales" de crédito a toda costa. En paralelo, dio luz verde a la motosierra en el cuerpo diplomático, otra de las "castas" (sic) que el presidente interpreta como un "gasto" para el estado, sino porque necesitó que respondieran al unísono a la orden antiprogresista que marca el insólito eje Washington-Buenos Aires.

Las votaciones en la Asamblea General de la ONU fueron las primeras señales de que el experimento libertario no estaba considerando las implicancias de ciertas decisiones en la disputa por Malvinas. Uno de los ejemplos más contundentes fue la resolución sobre los derechos pueblos originarios liderada por Bolivia y Ecuador -dos históricos aliados en la Cuestión Malvinas-. Argentina fue el único país que votó en contra en función de los componentes "woke" de la iniciativa, que apuntaba al a la justicia, la protección del medio ambiente, la preservación de culturas y lenguas de los pueblos originarios. El destrato a la región, un sostén del reclamo por la soberanía de las Islas, quedó oficializado con la eliminación de la Secretaría de Asuntos Latinoamericanos del organigrama de Cancillería.

El otro caso paradigmático fue el revuelo que generó la votación en contra del embargo a Cuba impuesto por Estados Unidos (una causa que unifica a países "no colonialistas"), lo que enojó a Milei en función de su fanatismo por Washington a pesar de que es parte de la tradición diplomática. La medida le costó el puesto a Diana Mondino y al entonces representante argentino en la ONU, el embajador Ricardo Lagorio, quien fue sumariado a pesar de haber cumplido con las instrucción que le dieron, según supo PERFIL.

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Gerardo Werthein y Javier Milei.

En medio del desconcierto, la Argentina libertaria, cuya política exterior es vista con recelo por embajadores "importantes" en Buenos Aires, quedó expuesta. La posta la siguió Gerardo Werthein, el hermético canciller cercano a Karina Milei designado para profundizar la línea. Desde entonces, la política exterior argentina —esa que supo despegarse del delirio local— se movió en función de los designios de Casa Rosada a tal punto que parecía pura improvisación. Y Malvinas no fue la excepción.

"Lo único que está claro es el alineamiento con Estados Unidos e Israel", sostuvo una fuente de Cancillería, respecto a la existencia de una estrategia o el efecto de las decisiones gubernamentales sobre la Cuestión Malvinas.

Otro caso reciente que ilustra la descoordinación en la política exterior de Milei fue el bizarro incidente con el embajador de Argentina en Etiopía, Juan Ignacio Roccatagliata, viral en redes sociales. En una visita a Guinea Ecuatorial, Roccatagliata se reunió con su homólogo de ese país, Miguel Ntutumu Evuna.

La foto de ambos circuló en el mundo digital acompañada de críticas por el contexto en el que se produjo la visita: el líder exiliado de la isla de Annobón, Orlando Cartagena Lagar, había llegado a Buenos Aires buscando el apoyo de Milei para que Argentina reconociera la soberanía de la isla que declaró su independencia en 2022. Simbólicamente, la imagen del "primer ministro" de la isla que "quiere ser argentina" en Buenos Aires y la posibilidad de que el Gobierno se pronuncie contradiría el principio de integridad territorial, una de los principios del derecho internacional que Argentina invoca para insistir al Reino Unido a sentarse a negociar.

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Dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores persiste una gran preocupación por dos eventos de alto calibre donde Argentina año a año reitera el pedido ante la potencia ocupante del Atlántico sur: la asamblea del Comité de Descolonización de la ONU, prevista para el lunes 14 de junio; que se suma a la incertidumbre sobre la postura que asumirá Argentina en la próxima Asamblea General de la OEA, que se celebrará entre el 25 y 27 de junio en Saint John, Antigua y Barbuda.

Si bien aún el Gobierno no dio precisiones al respecto, se especula en algunos círculos con la mención al tema, incluso a pesar de la división regional en torno a CELAC, luego de que Javier Milei no asistiera a la cumbre de mandatarios y, en cambio, se reuniera con Santiago Peña en Paraguay. Pero este año, el presidente no contará con la exministra Mondino para que le baje el tono a sus dichos, aceitando la vía diplomática por otros medios.

El año pasado, durante una delegación encabezada por Mondino y Sonia Cavallo, Argentina logró un respaldo por aclamación en la OEA en su reclamo sobre las Malvinas, a pesar del giro diplomático en detrimento del multilateralismo, que incluyó la acusación de Milei a la ONU de tener una "agenda socialista" y el posterior retiro de la OMS. Aunque la región continúa apoyando el reclamo histórico argentino, algo que fue refrendado a PERFIL por algunos embajadores, incluido brasileño Julio Bitelli, la línea ideológica del Presidente podría poner en jaque la histórica postura argentina.

El debate sobre cómo "recuperar" las Malvinas: de Tierra del Fuego a la inversión en defensa

De compartir contenido en redes a recuperar las islas hay un largo trecho. Y ese gap se traduce en una variable: plata (y decisión política). Especialmente para “presionar” al Reino Unido a sentarse a negociar, cuya única vía es que le “salga caro” la proyección en el Atlántico sur. De invertir en defensa a apuntalar el desarrollo económico de la provincia más austral, existe un camino para que “recuperar” las Malvinas sea una posibilidad.

En el marco del Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas y Sector Antártico, el momento no podría ser mejor. El Reino Unido se encuentra enfocado en la “amenaza rusa” que forzó al primer ministro laborista y statusquista, Keir Starmer, a hacer un llamado a la población para “prepararse para la guerra”.

Imagen de las Islas Malvinas captadas por la NASA 20250228
El 10 de junio es el Día de la ‘Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Sector Antártico’.

Sin embargo, en ese terreno la diplomacia es clave para conservar y ganar nuevos apoyos para sostener el histórico reclamo en organismos internacionales. Un punto que quedó expuesto con la “diplomacia de la libertad” de Javier Milei. En el caso del Presidente, el 2 de abril fue acusado de ser "funcional" a la ocupación colonial británica. "Anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros", sostuvo.

Si bien la postura "economicista" del mandatario libertario no es nueva (lo mismo pasó con Carlos Menem y Mauricio Macri), abrió el debate sobre la soberanía especialmente cuando anunció su intención de desmantelar el régimen fiscal de Tierra del Fuego. Abriendo así una grieta conceptual entre quienes lo ven como una simple cuestión económica y quienes lo entienden como una pieza clave de la soberanía. Una de las voces fue la del abogado y especialista en el tema, Juan Rattenbach.

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"Es un tema para discutir con bisturí y no con motosierra. Los detractores del régimen fiscal de Tierra del Fuego no quieren discutir Malvinas ni geopolítica; buscan analizarlo de manera aislada, sin considerar el Atlántico Sur y la Antártida", sostuvo, ante la consulta de PERFIL. Para Rattenbach, eliminar el régimen significaría debilitar la presencia argentina en una región estratégica. "Reduciría la capacidad del país para proyectarse en el sur, lo que de manera indirecta afecta la soberanía sobre las Malvinas", agregó.

En la misma línea, el internacionalista de la universidad Di Tella, Ezequiel Magnani, plantea que el objetivo debe ser "elevar los costos" del Reino Unido para mantener las islas, lo que implica necesariamente aumentar la inversión en Defensa y la capacidad militar argentina a modo disuasivo. "Si el Reino Unido no paga un alto precio, será muy difícil avanzar en cualquier negociación", dijo, consultado por este medio.

En tanto, la defensa, la diplomacia y el desarrollo económico no pueden ir por caminos separados. Recuperar las Malvinas, en ese marco, exige una estrategia nacional integral. "No se puede hablar de soberanía sin fortalecer la defensa”, afirmó Rattenbach, quien propuso mejorar la infraestructura en Tierra del Fuego e incrementar el presupuesto militar.

CD/ff