La pareja del gendarme argentino Nahuel Gallo, preso por el régimen chavista y sin comunicación con su familia desde diciembre pasado, salió junto a su hijo menor de Venezuela hacia Buenos Aires en una operación secreta. La situación actual depende de la respuesta del gobierno de Gustavo Petro, en un contexto que Estados Unidos observa con atención.
María Alexandra Gómez García, nacida en Venezuela, y su hijo Víctor Benjamín, nacido en Argentina y de dos años, tienen previsto volar próximamente desde Bogotá a Argentina. Esta mañana permanecían en un lugar cuya ubicación no fue revelada.
Hasta allí llegaron por tierra, en secreto, en una acción coordinada por la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, junto a su equipo en Argentina. También brindaron apoyo logístico tanto interno como externo, incluida la activista venezolana de Derechos Humanos, Elisa Trotta, radicada en Argentina y en o con la pareja de Nahuel Gallo.
Varios factores precipitaron la salida de Gómez García y de su hijo desde Táchira, donde residían con la madre de la joven. Por un lado, influyó el reciente rescate de asilados venezolanos en la residencia argentina en Caracas, llevado a cabo por Estados Unidos y conocido como operación Guacamaya. Según relataron en una conferencia de prensa realizada el sábado desde Washington, fue “espectacular”.
Nahuel Gallo tenía previsto pasar las fiestas en Venezuela, pero fue detenido y acusado sin pruebas de ser un espía y parte de un “complot internacional”. Esa es la acusación que el gobierno de Nicolás Maduro aplica habitualmente a sus presos políticos, tanto venezolanos como extranjeros.
El rol de Estados Unidos y la situación de Nahuel Gallo
Tal como informó Clarín semanas atrás, la presión diplomática para lograr la liberación de Nahuel Gallo está en manos del gobierno de Estados Unidos, especialmente a través del equipo del secretario de Estado, Marco Rubio, quien también fue quien comunicó el operativo Guacamaya.
Estados Unidos está solicitando la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos por el régimen de Caracas, en un grupo que incluiría también a Gallo y a un ciudadano israelí que tendría identidad argentina.
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El viernes pasado, el dirigente del régimen Diosdado Cabello anunció la detención de otro argentino, el abogado Germán Darío Giuliani. Anteriormente, también fue demorado durante unas horas el ítalo-argentino Pablo Gonzalo Carrasco.
Además, la reciente ola de detenciones —cerca de 70 personas— que llevó adelante el gobierno venezolano en la semana previa a las elecciones de gobernadores y diputados, generó temor por la situación de Alexandra.
Aunque no está vinculada a la militancia, es opositora al régimen. Varios gobiernos, entre ellos los de Argentina, Estados Unidos y Ecuador, están recomendando a sus ciudadanos no viajar a Venezuela debido a los riesgos.
Alexandra no contaba con recursos ni medios para salir del país. El niño, al igual que su padre Nahuel Gallo, es ciudadano argentino, y el Estado argentino tiene responsabilidad sobre su situación.
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Según pudo saber Clarín, Alexandra cruzó la frontera sin documentación de viaje hacia Colombia, un país con fuerte presencia de inmigrantes venezolanos, lo que presentaba complicaciones.
Ese era el principal riesgo. La ministra Bullrich se encargó de que Migraciones y Cancillería asistieran a la madre y al niño con documentación argentina. Además, Alexandra declaró que atravesaba dificultades económicas y que no tenía trabajo.
Fuentes diplomáticas consultadas por Clarín señalaron que Nahuel Gallo tenía previsto visitar a su hijo y a Alexandra. Viajó desde Argentina a Colombia por vía aérea y luego ingresó a Venezuela por tierra, cruzando el Puente Internacional Francisco de Paula Santander. Allí fue detenido.
Alexandra relató en entrevistas previas que la última vez que tuvo o con Gallo fue “el domingo 8 de diciembre a las 9 de la mañana”. Según contó, el gendarme utilizó “el celular del remisero que lo iba a transportar para una segunda entrevista con las autoridades”. Desde entonces, no volvió a tener noticias.
La relación entre Alexandra y la familia de Gallo no es fluida. Griselda, madre del gendarme, mantuvo reuniones con la ministra Bullrich y también fue recibida por el presidente Javier Milei. Logró hacerle llegar una carta al régimen a través del dirigente social Juan Grabois y del ex embajador Oscar Laborde.
Más allá de eso, dicen no haber recibido información adicional. La única prueba de vida brindada por el régimen fue un video y algunas fotos en las que Gallo aparece vestido con ropa de detenido. Algunas versiones indican que las imágenes fueron tomadas en la cárcel conocida como El Rodeo.
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