En medio del desgaste por la guerra en Ucrania y la creciente presión sobre Europa del Este, el exministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, lanzó una advertencia inquietante: si los países de la OTAN (incluido el Reino Unido) no están dispuestos a asumir el costo humano de defender a sus aliados, la alianza está condenada a desaparecer. En declaraciones al medio británico Metro, Kuleba planteó un dilema incómodo: “¿Están las madres británicas dispuestas a aceptar que sus hijos mueran por defender Finlandia o Estonia? Si la respuesta es no, entonces la OTAN dejará de existir”.
Según Kuleba, el objetivo estratégico de Vladimir Putin no es solo territorial, sino simbólico y político: demostrar que el compromiso de defensa mutua de la OTAN es, en realidad, una fachada. Para él, el verdadero test no será si Estados Unidos acude en ayuda de Europa, sino si los países europeos están dispuestos a defender a otros Estados . Mencionó que Putin podría intentar invadir territorio de la OTAN para exponer esa posible fractura interna. “Entonces, ¿qué hará la OTAN? ¿Mandará una división a defenderlos?”, se preguntó el exfuncionario.

“Las madres británicas deben aceptar que sus hijos mueran defendiendo Finlandia, o no habrá OTAN”, dijo Kuleba y comparó la situación actual con los errores previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando las potencias occidentales minimizaron la amenaza nazi y cedieron territorio a cambio de una paz efímera. “¿Por qué luchar por Danzig?”, se preguntó, aludiendo al caso de la ciudad polaca de Gdańsk. Esa misma lógica podría repetirse si se subestima la amenaza rusa actual. A su vez, remarcó que el desafío no solo es militar, sino comunicacional: “¿Quién les va a decir a los votantes que el peligro de guerra es real?”.
Desde su experiencia como ministro durante la invasión rusa, Kuleba reconoció que él mismo cometió el error de creer que Rusia se detendría tras sufrir grandes pérdidas humanas. Hoy, se estima que Moscú ya provocó más de un millón de bajas (entre muertos y heridos) desde 2022, y aun así continúa su ofensiva. Por eso, insiste en que no hay que subestimar a Putin: “El mayor error de Ucrania fue pensar que algo así no nos podía pasar. Ese mismo patrón lo estoy viendo ahora en Europa”.
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Más voces, más advertencias
La advertencia de Kuleba se suma a otra figura de peso: la de Bruno Kahl, jefe saliente del servicio de inteligencia alemán (BND), quien aseguró que hay indicios concretos de que Rusia ya no cree que se mantenga en pie el artículo 5 de la OTAN (el principio que garantiza defensa mutua entre en caso de ataque externo). Según dijo en una entrevista con el podcast Table Briefings, Moscú podría intentar probar esa fragilidad, no con tanques, sino con tácticas de infiltración encubierta, como ya ocurrió con la anexión de Crimea en 2014.
Kahl advirtió que Rusia podría recurrir a los llamados “hombrecitos verdes” (soldados sin insignias que ocupan infraestructura clave) para intervenir en países como Estonia, alegando protección de minorías rusas. Esa estrategia híbrida, menos evidente que una invasión tradicional, pondría a prueba la capacidad de reacción y la unidad de la OTAN. En conjunto, las advertencias de Kuleba y Kahl pintan un panorama preocupante: Europa no solo enfrenta una amenaza militar, sino también una crisis potencial de confianza entre sus propios aliados.
TC/ML