El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó ayer a su exasesor Elon Musk con “graves consecuencias” si el multimillonario tecnológico intenta castigar a los republicanos que voten a favor de su controvertido proyecto de ley de gastos.
Las declaraciones de Trump a NBC News se producen después de que la relación entre la persona más poderosa del mundo y el más rico se desmoronara de forma amarga y espectacular esta semana. La virulenta ruptura, que tuvo lugar en gran parte en redes sociales ante un público asombrado, se desencadenó por las duras críticas de Musk al proyecto de ley de gastos de Trump, que se encuentra actualmente en el Congreso.
Algunos legisladores que se oponían al proyecto de ley habían pedido a Musk, uno de los mayores patrocinadores financieros del Partido Republicano en las elecciones del año pasado, que financiara las impugnaciones primarias contra los republicanos que votaran a favor de la legislación.
En la política de EE.UU., un desafío primario se produce cuando un candidato es confrontado por otro miembro de su partido en los comicios primarios. Lo que le están pidiendo a Musk es que financie en las elecciones legislativas del año próximo a todos los candidatos que se opongan a los legisladores que votaron la ley de Trump.
“Tendrá que pagar consecuencias muy graves si hace eso”, advirtió Trump en declaraciones a NBC. El mandatario también calificó a Musk de “irrespetuoso”.
En la misma línea, afirmó que no tenía ningún deseo de reparar su relación con el dueño de Tesla y SpaceX, y que no tenía “ninguna intención de hablar con él”. La semana pasada, Trump despidió a Musk con entusiasmo al dejar su puesto de reducción de gastos en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Temores. A los aliados de Trump les preocupa que la sonada ruptura afecte su legado, las perspectivas electorales de los republicanos y los lazos entre el gobierno y Silicon Valley.
En el Congreso, los republicanos piden una tregua en la disputa, calificada por los medios estadounidenses de “choque entre titanes”.
A los congresistas conservadores les preocupa que el hombre más rico del mundo utilice su billetera para vengarse en las elecciones de mitad de mandato de 2026.
No hay que olvidar que Musk y Trump sellaron su alianza con mucho dinero de por medio. El empresario tecnológico aportó casi 300 millones de dólares a la campaña electoral de Trump, y como recompensa logró ser el rostro visible de la comisión encargada de recortar el gasto federal. “Sin mí, Trump habría perdido las elecciones”, publicó Musk en su plataforma social X, con mucha soberbia.
Como presidente de EE.UU., Trump es posiblemente la persona más poderosa del mundo. Pero el megáfono de Musk –X (ex-Twitter)– es mucho más grande que la plataforma Truth Social de Trump y llega a millones de personas. Además, sus casi 100 contratos con 17 agencias gubernamentales le dan un enorme poder.
Es posible que el presidente de 78 años tenga que andarse con pies de plomo ante el riesgo de que Musk presione al Congreso para echar por tierra sus planes presupuestarios.
Los congresistas republicanos han recibido a Musk con los brazos abiertos. Muchos coinciden con él en la necesidad de recortar el gasto y le están agradecidos por el dinero de la campaña.
Pero a la hora de elegir bando, la mayoría de los republicanos que se han pronunciado se decantan por Trump, conocido por desplegar su ira con los críticos.
Musk, de 53 años, que sueña con colonizar Marte, respondió con una hiriente reflexión: “A Trump le quedan 3,5 años como presidente”, pero “yo estaré por aquí más de 40 años”.