COLUMNISTAS
Panorama económico

Pronósticos (acertados) del Círculo Rojo de un viernes por la noche

Una reunión VIP anticipaba que se abrirá un terreno positivo a Milei hasta la elección de octubre. Pero que él ya es uno más de la casta.

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Javier Milei. | Pablo Temes

Un consultor VIP hablaba el viernes a la tarde en una cerradísima reunión en un hotel del microcentro porteño, tirando al sur; para mantener cierta privacidad. Tan privada era la charla que se prohibió no sólo la apertura de la exposición vía virtual, sino que todos los celulares de los presentes en el subsuelo del hotel en cuestión debían estar apagados. Bajo palabra. Los presentes se dividían en grupos predeterminados, pero la mayoría milita profesionalmente dentro de las barras compradoras de bonos y acciones de compañías argentinas cotizantes tanto en el país como en el exterior. Las famosas ADRs. Más allá en el salón se ubicaron otros inversores, más vinculados a los fans del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), petroleros y energéticos varios y algún que otro empresario o delegado de los sojeros y gente del agro. Todos esperando de los expositores la gran definición política del período que se inaugura hoy y que se prolongará hasta fin de las elecciones legislativas de octubre. Esto es dilucidar la fortaleza que tendrá el Gobierno de Javier Milei en en Senado y Diputados, y si las promesas de reformas laborales, previsionales, legislativas, la aprobación del Presupuesto 2026 y legislaciones varias e importantes tendrán la posibilidad de ver la realidad a través de votos de los legisladores que desembarcarán en sus bancas desde diciembre. Y si el cálculo de esa media renovación le otorga al Presidente mayorías más cómodas que las de su primera mitad de gestión.

En general, los datos que presentó el consultor VIP eran ciertamente optimistas, adelantaban lo que el domingo por la noche se confirmaría: la tenue victoria de Manuel Adorni en las legislativas porteñas, con una relativa elección de Leandro Santoro y una muy mala elección del PRO. El consultor lanzaba la frase tranquilizadora que, de todas maneras, la Ciudad continuaría con más de un 50% de performance electoral opositora al peronismo- kirchnerismo, en todas sus vertientes. En definitiva, coincidía el auditorio privilegiado, que hacia adelante se le presentaría a Milei un terreno algo positivo para manejarse hasta las elecciones, y algún que otro motivo para la sonrisa después de octubre. Tanto era el optimismo del viernes en ese gran salón del hotel porteño que hasta se lanzó la frase irónica sobre que en la Ciudad de Buenos Aires se le estaba haciendo honor a la recomendación de la directora gerente para el Hemisferio Occidental Kristalina Giorgieva para que en las elecciones de este 2025 se apoye a Javier Milei y su reforma económica.

Sin embargo, el dato fundamental que lanzó el expositor era otro. El 50% de los electores, en definitiva, los que detentan el poder en un sistema republicano democrático, se muestran descontentos con la clase política. Están enojados con ir a votar varias veces en lugar de un solo día, no creen que en el período actual se le solucionen los problemas más importantes que los afectan (pérdida de poder adquisitivo, inseguridad, falta de transparencia, crecimiento personal, entre los ítems); y, quizá lo más grave, creen que Javier Milei ya puede ser considerado como integrante normal y clásico de la clase política argentina. Lo que el propio jefe de Estado bautizó como “casta”. Para la mitad del electorado al menos, el actual Gobierno ya está dentro de la consideración de los políticos y políticas clásicas. Son uno más.

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En el largo plazo, algo peligroso. Y así lo consideraron todos los presentes en ese viernes preelectoral porteño al mediodía en el hotel céntrico.

Sólo un dato mostró cierta conjunción económica con el Gobierno entre los encuestados. Se considera seriamente que Javier Milei, Luis “Toto” Caputo y toda la gestión libertaria están venciendo a la inflación. Y que este logro es algo positivo. Y, según los excels presentados por el consultor estrella, generaron optimismo los datos de abril 2025. Fundamentalmente el hecho de no haberse generado un through entre la decisión de salir del régimen cambiario de un “crawling peg” del 1% mensual al sistema de bandas de 1.000 pesos por dólar de piso a $ 1.400 de techo. Los precios no aumentaron ni hubo traslados importantes en la cotización del dólar oficial. La inflación medida por el Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 2,8%; pese a que en un primer momento se temió que la inflación minorista del mes pasado termine cerca del 5%. Esto fue lo que pensaron grandes compañías de producción de alimentos, bebidas y de bienes de consumo masivo, que el fin de semana posterior al viernes 11 de abril del 2025, fecha donde se presentó en sociedad la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), junto con el nuevo esquema cambiario y la liberación del cepo de compra de divisas para los particulares, eliminando tanto el tope de 200 pesos mensuales como las trabas generalizadas para que los residentes locales con cuentas bancarias en dólares puedan comprar divisas de cara al sol.

Fueron muchas las compañías grandes de capital local e internacional, así como las proveedoras de servicios como las consultoras contratadas por las empresas las que determinaron como inevitable que en la segunda quincena del mes pasado, el dólar pasara de cotizar en los 1.097 pesos del fin de la era del crawling peg, al tope de gama de la banda cambiaria de los 1.400 pesos. Lo que hubiera implicado una devaluación del 30%. Teniendo en cuenta este porcentaje de amplio espectro, que las empresas que producen para colocar alimentos, bebidas, artículos de limpieza, de aseo personal y cualquier otro que se encuentre en algún lugar protagónico o en rincones de las góndolas de los supermercados, determinaron casi poniéndose de acuerdo que le harían precio al Gobierno y que aumentarían las listas de precios en un 15%. Esto para no generar problemas en la relación con el oficialismo. Para el otro 15% de incremento para completar el 30% final habría tiempo. Sin embargo, y lejos de generar empatías desde el Poder Ejecutivo, lo que se generó fue algo casi inédito en la historia del combate contra la inflación en las playas criollas: la revuelta de los titulares de los supermercados a convalidar esos incrementos, además de la acción directa del Gobierno libertario de Javier Milei, con la sorpresiva espada de intervención directa en el mercado de consumo interno del ministro Luis “Toto” Caputo.

La estrategia de Luis Caputo para ayudar a inversores extranjeros a hacer carry trade en Argentina

El funcionario incluso aplicó la estrategia del Estado presente, utilizó sus cuentas de redes sociales para felicitar a las supermercadistas y marcar con nombre y apellido a los titulares de las empresas que enviaron los incrementos de precios entre la noche del viernes 11 y la mañana del sábado 12 de abril. Sucedió entonces el hecho inédito. La decisión de los privados de retrotraer los incrementos, volver los precios hacia atrás y esperar lo lógico: verificar la evolución del tipo de cambio para saber cuál era el impacto exacto de la salida del crawling peg y la adopción del régimen de bandas amparado por el FMI.

Finalmente, la evolución del dólar fue mucho mas controlada que la prevista. La devaluación del dólar oficial según la medición del Banco Nación, fue de 7,8%, mientras que en lo que va del 2025, la suba de la divisa en esta opción fue de 13,64%. En ambos casos fue superior al alza del IPC, ya que en el mes fue de 2,8%, mientras que en el año acumula un 11,6%. La conclusión es que la devaluación fue finalmente superior al through a precios. Punto para el Gobierno. La decisión del ministro de Economía de intervenir en la cruzada contra las grandes compañías de alimentos, bebidas y bienes de consumo masivo dio resultado. A lo Moreno, pero eficaz.

Habrá que decir que el 2,8% del mes pasado es inferior al 3,7% de marzo, pero que sigue por arriba del 2,4% de febrero y el 2,2% de enero. La esperanza oficial es que en mayo se empaten estos niveles y que para junio o julio se de el resultado de un 1 por delante. Y que así siga hasta octubre, mes de las elecciones legislativas de medio término.